martes, 22 de abril de 2014

Diario de los días que pasan diariamente.


Día 1 de tantos...

12 colillas en el cenicero de barro que compré en una tienda de artesanía purepechá.
Cabello revuelto. Rebelde.
Ojos rojos. Presión en la cabeza. Olor a sudor maquillado con desodorante, humo y una colonia barata que compré indiferentemente en la tienda de abarrotes frente a mi hogar.
Así eran mis mañanas.
A pesar que los cigarrillos no los consumía yo, sino el tiempo, me agradaba el olor en mi presencia.
Sí, así eran y son. Revuelta como mis huevos que están en la mesa.
Como mi pelo. Como mi vida.

Descansaba mis nalgas en una vieja silla de madera con un colchón. Trova y bosanova resonaban en las ventanas. Un café sin endulzar. Un cigarrillo muriendo (otro más). Mi platillo. Tenedor viejo. Un bolillo duro. Y una mueca de insatisfacción.  

"Pura mamada, imbécil. No sabes ni qué hacer con tu pinche vida. Sería bueno que terminaras de engullir tu amarga comida, te levantaras, te pusieras el viejo abrigo para cubrirte de la lluvia y salieras en busca de una senda".

Un día más, uno menos... Me vi en el reflejo del espejo. Triste, lóbrego y decaído.
Lavé mis dientes con el mismo cepillo viejo. Escupí todo.
Me vestí... Calzón limpio. Calcetines limpios. Pantalón sucio. Camisa a medio uso. Abrigo sucio. Digo, pa'mantener el puto equilibrio.

Llaves. Cartera, vacía pero "cartera", para lo que literalmente sirve. Encendedor viejo y azul. Mis arrugados Faritos de 25 pesos. Celular, aunque nadie me llame. Audífonos, para aparentar estar dormido en el metro y no ceder lugares. Gafas chuecas. Mochila, libros, libretas, bolígrafos y lápices. Monedas casi oxidadas que suman la cantidad de 76.40 centavos. Y mi corazón dentro.

"Fuímonos riendo chimuelos, pendejo. A ver qué encontramos hoy en esta desahuciada avenida".
Misma esquina, misma gente...

"Qué pedo, Don Miguel. Buenos días. Ya sabe, nomás déjeme checo la primera plana del periódico y yo largo".

Lo mismo de siempre: asesinatos, choques, muerte y errores.
"Lo común... Nada nuevo."

Y me fui... A ver qué chingados hallo en esta vida repugnante que enmascaro de felicidad.

"Que lindo es encontrare hoy, María... ¿Cómo has estado?".

[...]
Patético...

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