domingo, 5 de mayo de 2013

La influencia de la música en los adolescentes.

La música es parte de la vida. Como hobby, profesión o pasatiempo. Pero en algunos casos se convierte en un estilo de vida.


Los artistas encuentran su “talento” (entre comillas porque a veces ni lo hay) en un género en específico  y tienden a adoptar el estilo de vida, de vestir y de actuar en la misma dirección al género que representan.
Cada género tienen diferentes raíces y apuntan a jóvenes de distintas edades, a veces ejerciendo una influencia muy notoria con respecto a las formas de pensar tradicionales, y en otros casos no es más que una estética con ropa de moda y poses hechas para gustar.
  La música es un instrumento dotado de un enorme poder de persuasión, capaz de influir muchos en las actitudes, los estados de ánimo, las emociones y los actos humanos. Po r lo tanto entendemos que la música es algo esencial para nuestra vida diaria y no podemos dejar de escucharla.  Pero hay una contradicción en esto. Alguna vez leí a una persona decir: “¿Cómo apreciar la música, sino hemos aprendido a valorar el mismo silencio?” En mi humilde opinión, esa frase ésta llena de razón lógica… hemos convertido a la música en ruido; contaminación, no en “arte”. Debemos aprender a dejar  un poco a un lado la música y apreciar TODO lo que nos rodea.
Pero dejemos un poco el rollo atrás, empecemos a hablar realmente de la influencia de la música en los jóvenes de hoy en día. A todo esto,  podemos encontrar dos ramas que se desprenden de todo género: La música comercial y la música.
Por lo general, la comercial simplemente fue creada con el punto de vender   en los canales y radios como sea posible. Sus letras no tienen un gran significado; son banales.
Suelen ser bandas y/o “artistas”  manipulados por las grandes corporaciones que apuntan a niñas/os preadolescentes en busca de identidad, ya que estos son los más fáciles de absorber debido a la edad. Necesitan un modelo ideológico a seguir. Cuándo lo tienen, no paran de imitarlo; de querer ser como ese “artista”. (Entre comillas, por que NO hacen arte, solo venden).

No solo buscan sacar dinero con una música vacía y vulgar, sino que también buscan venderles la imagen a aquellos niños  consumistas que tienen como fieles seguidores. ¿Qué logran con esto? Tener un ejército de “iguales” imitando la banda de turno pululando por las calles



Ahora bien, dejando de lado las multinacionales y demás géneros convencionales, podemos encontrar música buena y con un contenido variado y lleno. Por lo general, estos estilos suelen denominarse underground
y que suelen escuchar los denominados hipsters.

La gran mayoría de estos estilos de música apuestan a una lírica un poco más comprometida, haciendo críticas a la sociedad actual, religión, el capitalismo y demás temas que a muchos molesta o incomoda.

Es innegable que este tipo de bandas no tengan una estética marcada (en algunos casos, no todas. No debemos generalizar y que sus fans también buscan imitarlas, todos alguna vez caemos en ello, “[…] es convencional porque es bueno […]”
Siempre tendremos esa tendencia de ser originales, ser diferentes y destacar sobre todo. Es lo que generalmente pasa con la gente que lee mucho y se desenvuelve en un entorno lleno de individuos que repudian la lectura; esa persona destacará sobre ellos. Pero al momento de que se junta con nuevas personas que son como él, o superiores, ese individuo queda como los “demás”, siendo así alguien más del montón, sin algo que presumir… Es ahí donde todos caemos en lo “mainstream”.
En fin, la música y el arte como forma de expresión está ahí para nosotros. Tenemos diferentes opciones y cada corriente nos ofrece diferentes modos de ver la vida, distintas críticas a lo que nos suele parecer “normal”. Solo basta con escoger  uno que vaya acordes a nuestra ideología y no tratar de caer en la burda muchedumbre por el cáncer del Arte: La moda.









miércoles, 24 de abril de 2013

¿Dios o dios?


Y esto no tiene que ver con tus creencias.

En éstos tiempos, donde cualquier persona puede decirse ateo por tener ‘like’  a una página en Facebook de ateísmo (válgame la redundancia), es muy frecuente encontrar  protestas hacia creyentes que escriben la palabra “Dios” con mayúscula, y viceversa.
El término Dios es muy utilizado ahora en debates fundamentados y no fundamentados…  y es molesto escuchar –o leer- este tipo de discusiones fuera de lugar. Es por eso el motivo de este escrito, no tanto como crítica, sino para aclarar las cosas para ese tipo de personas intolerantes y tolerantes
Y cuándo hablo con escritores libre pensadores, les hago la mítica pregunta: “Entonces, ¿Ud. Escribe Dios con mayúscula o sin mayúscula?”. La respuesta casi siempre es la misma: “Sin mayúscula, porqué es un ser que no existe”… A lo que me quedo pensando: “¿Y Huitzilopochtli? Es un nombre propio, ¿no?, ¿escribirían su nombre con minúscula?”.

Resulta que a lo que llamamos “Dios”, es “Dios”. Y como Dios es su nombre propio, lo escribimos con mayúscula, creamos en él o no, tal como escribir “Alá” y no “alá”.
El escribir Dios con mayúscula, es para referirnos a divinidad: “[...] y Dios creó todo, bla, bla…”
Y al escribir dios con minúscula, nos referimos a una simple “metáfora”: “Aunque ella invoque a dios, haré caso omiso”.



La palabra Dios proviene del latín "deus" que a su vez viene del griego "Zeus", quien en su mitología era el dios de los dioses. La palabra "Zeus" cambió a deus y después a Dios. Deus tiene la misma raíz indoeuropea que "día", y significa brillante. Los romanos incorporaron el panteón griego dándoles sus propios nombres. Zeus, siendo el dios padre, se convirtió en zues pater, que por uso vulgar se convirtió en jues piter o Júpiter. Es interesante notar que los planetas eran asociados con dioses y Júpiter es el segundo planeta más brillante, Venus (la diosa del amor) siendo el más brillante. Estos dioses también son asociados con los días de la semana.

Sin embargo me han dicho que el castellano "Dios" no tiene nada que ver con el griego "Diós" (genitivo de "Zeus"). En las lenguas flexivas (como el latín o el griego) el caso genitivo expresa lo que en castellano expresamos mediante la preposición "de". En griego "Diós" no significa 'dios', sino que 'de Zeus'. Zeus es simplemente el nombre de un dios (aunque el padre de los dioses), el concepto 'dios' se expresa mediante la palabra "theos" que no está relacionada con "Zeus". Revisando el Nuevo Testamento escrito en griego antiguo, encontramos la palabra "theos" para describir a Dios, no la palabra dios.
Entonces terminamos de entender que la palabra que venimos revisando todo el tiempo, no pierde nunca el sentido inicial del que empezamos a hablar: el pronombre personal. A lo que terminamos –ahora sí- de decir que escribir la palabra “dios” está considerada una falta ortográfica.


Pero ahora… Los pronombres y posesivos cuando nos referimos a un ser divino, ¿también van con mayúscula?   […]
Pues no.  Es más que una tradición que llevamos desde casa, aunque no hay una razón ortográfica que dicte que lo tengamos que escribir de esa manera.
“Otra vez: no es cuestión de creencia o no, sino de que haya cierta coherencia en la ortografía de la lengua castellana”.